En la tradición detectivesca ha sido frecuente encontrarse
con personajes orientales sagaces y con capacidades deductivas y de observación
superiores a las del resto de la gente. Casos destacados son Charlie Chan, el detective
chino de Hawaii, creado por Earl Derr Biggers y Mr. Moto, el agente secreto
japonés, fruto de la imaginación de John P. Marquand. Ambos protagonizaron
novelas, seriales radiales y films. Este tipo de detectives ha inspirado
también parodias como Harry Hoo, a quién recordamos recientemente en la sección
"Frases Definitivas", el personaje interpretado por Joey Forman en El
Superagente 86. También merece una mención el investigador chino a quién Peter
Sellers da vida en el film Crimen por Muerte. Y es precisamente un detective
chino quién nos ocupa en esta ocasión. Mr. Wong, James Lee Wong, creado por
Hugh Wiley. Este personaje también protagonizó relatos literarios y aventuras
en la gran pantalla. Y la primera de ellas es la que hoy nos ocupa, vista por
primera vez en 1938 y protagonizada, al igual que varios títulos de la saga por
el talentoso Boris Karloff.
En esta ocasión, el detective chino, debe agudizar al máximo
su poder de deducción para resolver una serie de crímenes que tienen como
víctimas a los socios de una compañía química, los cuales son asesinados por
medio de una misteriosas esferas de vidrio que liberan un gas venenoso al
explotar. Lo extraño del caso es que las víctimas siempre se hallan solas al
momento de morir. Este film es altamente recomendable y su guión, aún hoy en
día entretiene y no decae en ningún momento. Destacable es, además, la tarea de
Karloff, quién nos tiene acostumbrados a demostrar sus extraordinarias dotes
actorales.
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