martes, 22 de octubre de 2013

Países que nunca existieron 5: Caronia





Nuestro tour por países que nunca existieron nos lleva a la nación europea de Caronia, una monarquía gobernada por el rey Carlos (Charles). La pequeña nación aparece en el episodio "The King Lives" de "El Superagente 86", en el cual Max debe reemplazar al rey, ya que ambos son físicamente idénticos, salvo por un bigote que usa el soberano. La razón del reemplazo es que intentan deshacerse del monarca antes de su coronación. Poco vemos de este país, excepto que parece, en pleno siglo XX, vivir como en épocas pasadas con trajes y construcciones que tranquilamente podrían pertenecer a un par de siglos atrás. Así mismo vemos que los militares de la nación portan espada. Para reforzar esta sensación de anacronismo, vemos en la última escena, a Max despidiéndose de la princesa, que se ha enamorado de él, yéndose por un camino rodeado de árboles, a caballo.
La capital de Caronia es Gransburg y sabemos que puede llegarse a ella por medio del ferrocarril.
El rey, a punto de ser coronado es hijo de Charles VIII de Caronia y de la reina Helena de Ruratania. Al momento de su coronación está comprometido con la Princesa Marta de Esterhagen.
Aparte de Rey, Caronia tiene un primer ministro, siendo la simpatía de ambos personajes distinta en relación a los Estados Unidos. El rey se muestra amable hacia la nación norteamericana, en tanto que el primer ministro reacciona de manera opuesta.
Sabemos también que Caronia produce un valioso mineral, que exporta a los Estados Unidos y que es vital para un proyecto conocido como "Proyecto X2".
El capítulo es una parodia al clásico "El Prisionero de Zenda", novela de Anthony Hope, que fuera llevada al cine con Stewart Granger como protagonista. En el capítulo destaca la figura de John Doucette y una peqeña aparición de Johnny Carson.
Años después, cuando Max y la 99 están casados, vuelven a encontrarse con el rey Carlos, pero esta vez en los Estados Unidos, en el capítulo doble "To Sire with Love" cuando Max debe reemplazar nuevamente a su majestad.



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