jueves, 15 de noviembre de 2012

Spaghetti Western - La Música

Uno de los aportes más importantes del spaghetti western es lo que concierne a las bandas sonoras. De la mano de Ennio Morricone, se generó un nuevo tipo de orquestación para la música de estas cintas que adquirió características propias. A las líneas melódicas sumamente inspiradas se sumaron elementos que, con el paso del tiempo, se hicieron marca registrada dentro del género. Trompetas, armónicas, silbidos, voces utilizadas a modo de percusión, arpas de boca, guitarras fueron la norma en estas películas. Como ya dijimos, fue Morricone quien marcó el camino. Este talentoso músico había sido compañero de colegio de Sergio Leone, quién a la larga, sería el más destacado director del género y con quién el músico conformaría un dúo creativo incomparable. Cuenta la leyenda que Leone, cuando estaba buscando un músico, no recordaba a su ex-compañero de aulas y que pensó que éste decía eso para conseguir el trabajo. También se dice que no quedó impactado al escuchar una banda sonora anterior de Morricone. El gran director pensó que sonaba a “Tiomkin, pero malo”. A lo cual el músico respondió “Estoy de acuerdo, pero eso es lo que quería el director, Tiomkin malo”. Afortunadamente, ese primer reencuentro, derivó en varias colaboraciones, una más soberbia que la otra, dejándonos un puñado de excelentes películas con música conmovedora. En relación al Spaghetti Western, ambos artistas trabajaron juntos en “Por un Puñado de Dólares”, “Por unos Cuantos Dólares más”, “El Bueno, El Malo y el Feo”, “Érase una Vez en el Oeste” y “Los Héroes de Mesa Verde”. La colaboración de ambos excedería este género. Morricone, por su parte, trabajaría en una increíble cantidad de films, muchos dentro del género del western y muchísimos otros de otras temáticas. Aquí sólo mencionaremos algunos spaghettis con su música: Dos Mulas para la Hermana Sara (Two mules for Sister Sarah), El Mercenario (Il Mercenario), Ejercito de Cinco (The Five Man Army), Mi Nombre es Nadie (My Name is Nobody), Navajo Joe, Tepepa, Vamos a Matar Compañeros y un largo etcétera. La influencia de Morricone está patente, no sólo en la música para cine, sino también en otros aspectos de la cultura. Músicos de rock en diversas vertientes y raperos han reconocido el aporte decisivo de este músico extraordinario. Otros músicos también merecen ser citados en esta retrospectiva, algunos inspirados fuertemente por Morricone y otros intentando buscar otras vertientes. Franco Micalizzi dejó la excelente banda sonora de Me Llaman Trinity (They Call mi Trinity) con una recordada canción de apertura. Por su parte Guido y Maurizio De Angelis, dos hermanos músicos, dejaron varias cintas dignas de mención, entre ellas, Me siguen llamando Trinity (Trinity is still my Name) y Keoma. Ésta última, muy particular, ya, por un lado, debido al tratamiento de algunas voces y por otro, porque la música es practicamente un protagonista más de la trama. Bruno Nicolai, quién fue colaborador de Morricone dejó varias bandas sonoras entre las que podemos mencionar Adios Sabata, My Name is Shanghai Joe y Corre, Cuchillo, Corre (Run, Man, Run!) Carlo Rusticelli, por su parte compuso las bandas sonoras de Buffalo Bill, l'eroe del far west y I tre che sconvolsero il West, entre otras cintas. Francesco Lavagnino dejaría cintas como Ocaso de un Pistolero, Los Pistoleros de Arizona, L’Uomo dalla Pistola D’Oro y Sette Ore di Fuoco. Francesco De Masi aportaría su música a Any Gun Can Play, Payment in BLood y Ringo The Lone Rider, entre otros títulos. Otros músicos, que incursionarían en el género fueron los reconocidos Riz Ortolani y Stelvio Cipriani. Del primero mencionaremos Day of Anger y del segundo, Blindman. Finalmente dedicaremos unas líneas a Piero Piccioni, músico prolífico dentro del cine italiano quien también incursionó en el género y a Antón García Abril, cuya participación más recordada dentro del género es probablemente Texas Adios.

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